El mundo de la salidera en la nueva era, es un mundo complejo, ya las cosas no son como en los tiempos de las abuelas que todo el mundo recogía cuando la campanas de pueblo sonaban a las 10 de la noche, que las mujeres andaban con chaperonas, ya los coros no se hacen en los parques (a menos que sea metálico y tu casa sea el parquecito), el país entero cabía en un salón bailando música de “big bands” y la gente se casaba con los vecinos, los primos y si eran feos... con los hermanos.
En la era de la electrónica y el reggaeton las cosas son más complicadas, ya tu pareja de baile no es tu prima, ya tus padres no se encargan de conseguirte una noviecita, los sitios se llenan de gente rara como cocolos y bohemios, las RoboBestias se han encargado de montar guardia sobre las mujeres buenas, todo los sitios tienen sus “gárgolas” residentes (pendiente a post futuro sobre “Las Gárgolas”), hay demasiado mujeres feas y pocas bien, y la competencia es feroz.
La salida más efectiva creada por el mercado para satisfacer la sobredemanda de carne fresca y suplir a los consumidores es un excelente esquema de distribución:
Pero ante la ausencia de intermediarios, la necesidad ha llevado al hombre a recurrir a métodos desesperados para tratar de derrotar el sistema. Dentro de esos métodos es donde han nacido los clásicos, varios de los cuales exponemos a continuación.
“El trago”.
Este es el clásico de todos los clásicos.
Luego que el hombre se percata de su víctima, le vocea al mozo y le pide que le envíe un trago a la carne fresca para impresionar primero con que tiene dinero y no es un rullío, y segundo privando en romanticón empedernido... la películas hacen daño señores.
El hombre tiende a cometer muchos errores fundamentales por la desesperación. Primero que nada... NO SEA ANIMAL Y POR DIOS NO LE MANDE UNA CERVEZA A MENOS QUE ESO SEA LO QUE ELLA ESTA BEBIENDO!!! (piense en barrigas cerveceras, eso no es muy femenino, o sí?) Y si a usted le pasa por la cabeza enviarle lo que sea con Ron... léase la Recomendación #1 de este blog.
No hay porque adelantarse a los hechos, observe a su presa, pregúntele al mozo sobre lo que ella está bebiendo, y cantéese con otra ronda de lo mismo que ella está bebiendo. Si le da un trago de mediana fuerza distinto a lo que ella está tomando... ella va a pensar que usted quiere que ella mezcle trago y se de un suape, y muerte negra para usted. Si la va a forzar con un trago distinto, hágalo con cidra, champagne, una margarita, un mojito o un trago exótico... siempre y cuando no sea un trago de beberromo.
Si la mujer no está bebiendo nada... juéguesela bajo su propio riesgo.
“La tarjeta de presentación”.
Este clásico es menos costoso que “El trago”, puede complementarse y por igual es de dudosa efectividad.
El panita se percata de la presencia de su presa en la pradera, y la observa y forza hasta haber logrado intercambiar miradas, luego de algunas miradas se acerca y deposita su tarjeta, o envía su tarjeta de presentación con el mozo y un trago.
Por lo general el que hace esto es porque se siente muy seguro del cargo que ostenta. Por lo general sólo se usa si dice “Presidente”, “Director”, “Gerente”, “Abogado” o si la tarjeta tiene el escudo dominicano impreso.
El que lo hace a menudo por lo general espera que su presa quede embobada por la tarjeta y la presentación y no se detenga a leer con detalles y a darle mente que es exactamente lo que hace. Una compañía extraña, un cargo raro, un cargo chota, o un cargo con un nombre larguísimo que se resuma en “botella”, pueden hacer de este clásico un boomerang.
“Yo como que te conozco, yo como que te e’ vito”
Este clásico es también un force clásico. Consiste en que el pana se acerca a la jeva y le salta con la susodicha frase, la jeva se queda en el aire y el panita aprovecha para clavar sus dagas haciendo preguntas estúpidas como “a que universidad fuiste?”, “de que colegio te graduaste?”, “donde trabajas” o “tú vienes mucho por aquí?”.
Este clásico puede ser mucho más efectivo que los otros, pero no deja de ser un force, y un force que pone al hombre de ahí ahí de una vergüenza, o de ser devorado por una RoboBestia.
El uso excesivo de este clásico es jugársela a quedar expuesto y que por estar privando en detective termine en sequía y se vea forzado a mudarse de coro.
“El fuego”
Muchos se han metido a fumadores gracias a esta técnica, que es menos chopa que la otra, tiene varias manifestaciones, una que conserva el espíritu de desinterés que todo hombre desea proyectar y la otra que es otra cursilería de películas.
El hombre no obstante tener sus bolsillos llenos de encendedores y fósforos, se toca todo el cuerpo como chekeándose a ver si le están saliendo pezones en áreas no correspondientes, procura hacer un bulto grandísimo para que la víctima se percate de que el se está tocando, y luego de uno 5 segundos manoseándose la mira, se acerca y le pregunta si tiene algo con que prender. Se dá las gracias y se empieza con la tiradera de piedras a la víctima.
La otra manifestación es la jeva que necesita fuego, el hombre cual caballero en armadura de plata se le acerca prende su zippo y le acerca el fuego a la mujer, y le permite a ella seguir con su hábito canceroso. Para estas situaciones si usted lo que tiene es un encendedor transparente...
Guárdeselo y ahórrese el force.
Hay muchos otros clásicos, acompañados de muchos forces... pero estos los veremos en una próxima ocasión.
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