El sospechoso, identificado como Getulino Ferreira Paraízo, de 53 años, fue detenido el pasado domingo, después de que un ganadero del municipio de Aragoiania (estado de Goiás, centro de Brasil) lo sorprendiera después de que presuntamente matara a tres vacas y un becerro de su propiedad.
En su declaración a la policía, Paraízo reconoció ser el autor de estos delitos y explicó que sufrió abusos sexuales a los 13 años de edad, por lo que comenzó a mantener sexo con yeguas y caballos y después con reses.
"Después de eso dice que nunca consiguió tener relación con una persona, que ni siente ganas", explicó el comisario de policía Alvaro Cássio dos Santos, citado por Terra.
Según el relato del comisario, el sospechoso declaró haber intentado acostarse con una prostituta en su adolescencia, pero que lo encontró "muy frustrante".
El comisario, que investiga el caso de la muertes de las reses desde hace un año, afirmó que llegaron a sospechar de que los sacrificios formaban parte de rituales de magia negra, por lo que llegaron a bautizar al autor de "Chupa-Vacas".
"La única solución fue orientar a los ganaderos a que no dejaran los animales en pastos cerca de la carretera", agregó.
En total, se han encontrado cerca de 400 vacas sacrificadas presuntamente por Paraízo, en un período de cuatro años, y siempre en granjas cercanas a la ciudad de Goiania, capital del estado rural de Goiás, 200 kilómetros de Brasilia.
El policía detalló que el asesino comenzó a matar de tres a cuatro vacas cada vez en los últimos meses, a diferencia de años anteriores, cuando aparecía una res muerta cada vez.
En el momento de la detención, la policía encontró al sospechoso con un paquete de galletas rellenas, cuyos embalajes han sido descubiertos en varias granjas en las que aparecieron las vacas muertas.
El detenido fue acusado de causar daños materiales de propósito, delito castigado en el código penal brasileño con penas que oscilan entre uno y cinco años de prisión.