No sé porqué diablos me cogió con que tenía que hacer un post en Ke Difícil, en un año totalmente desamparado de posts, y en el que verdá ya esto de estar bregando con blogs y vaina pasó de moda para dar paso a la nueva moda del bajo mundo: hacer dinero (ya no cuadra estar cheliando a esta altura de nuestras vidas), el pariseo (comunicarse con Dante para más detalles de eso) y los domingos de Don Pincho.
Y fue precisamente este domingo en una amena conversación en Don Pincho donde empecé, como me sucede habitualmente, a pensar en vainas totalmente irrelevantes.
Resulta que el sábado pasado, viendo televisión ya pasadas las 2:00 am y aburrido del porno de Max Prime (gracias a Dios por Sky, me apenan las almas perdidas aún atrapadas a Telecable Nacional) me puse a cambiar canales.
Luego de 10 minutos de no encontrar nada particularmente bueno en los primeros 8 canales de películas, me tropecé con el rostro eterno e inmortal de la leyenda Steven Seagal.
No que lo que estaba a punto de ver era mejor que las otras 8 que pasé, todo lo contrario. Lo que sucede es que es Steven Seagal. Mi mente entró en estado automático de hipnosis, y así fue como comencé a darme una de las películas más malas que haya visto en mucho tiempo... la joya del desastre llamada "The Patriot".
Lo ponderé... si me ponía a ver esa película (que con antelación sabía que iba a ser mala) me iba a acostar a las 4 casi 5 am, y me tenía que despertar medio temprano (apesar de que el día siguiente era domingo), iba a estar cuasi enfermo, con los ojos como si me hubiesen pegado conjuntivitis y de mal humor. En fin... darme ese clavo me garantizaba un domingo no muy ameno. Pero empezó la película, y Steven Seagal en esta ocasión era un doctor, un inmunólogo (pana que brega con virus). Una milicia terrorista separatista de sureños compuesta por campesinos brutos, se roban un virus que mata a to el mundo en 2 días y lo riegan en un pueblo del Estado de Montana.
Pero lo que me convenció de que actuaba correctamente al soportar las calamidades del día siguiente por sacrificarme a ver ese clavo... fue el siguiente intercambio:
Panita del gobierno: "Como puedo convencerlo a ayudarnos a combatir este virus si no le puedo decir lo que ocurre".
Presidente de EEUU: "Encuentra la forma".
Panita del gobierno: "El se negó."
Presidente de EEUU: "Bueno, ve al próximo de la lista de inmunólogos."
Panita del gobierno: "No hay nadie como él,
EL ESE EL UNICO EN LA LISTA".Esa línea me apagó la sección del cerebro que aplica al pensamiento racional y me acosté a las 5 am con la película de Steven Seagal, que curiosamente incluyó indios, un doctor dando patadas y rompiendo cuellos, bombas, sangrerío, el "momento Seagal de pique" (donde hace una rabieta de frustración para dar la ilusión de que es un humano que tiene fallas como todos nosotros, cuando ya sabemos que no es así), la clavadera de cuchillos y todo lo que hemos aprendido a esperar de una película de Steven Seagal.
En mi rabieta mañanera de trasnoche y mal dormío me puse a pensar porque me quedé viendo esa porquería, que yo sabía que iba a ser una porquería y que fue una porquería todo el tiempo y incluyendo el final.
Es un asunto de hombres concluí... una película de Steven Seagal, Chuck Norris o Van Damme garantiza la pérdida de la razón del macho homo sapiens. No es que particularmente le guste, no es que va a disque correr al cine a ver esa película nueva de Chuck Norris que llegó... es que si ya pasaron las 12:00 am, y está viendo televisión, si tiene la desgracia de toparse con una película de los tres susodichos es imposible para uno apagar la vaina e irse a acostar, o simplemente cambiar de canal.
Y es algo particular a ellos tres que no lo logra por ejemplo Arnold Swarzenegger (o como carajos se escriba) o Sylvester Stallone, ni siquiera los más modernos Jet Li o Jackie Chan, quizás sea el asunto de las artes marciales onda canalla de ellos, o talvez la garantía de que va a ser una porquería de película, o que estemos perplejos de que aún esos panas estén haciendo películas...
Yo creo que el misterio recae en parte a lo anterior, pero talvez sea una mezcla de eso, con lo que hoy son esos tres héroes en la vida real:
1) Steven Seagal.
"Nicko" el policía dispuesto a acabar con la corrupción y las drogas, matando senadores, capos y personas blandiendo armas al azar... se metió a hippie quesiyoque ecológico, abrazar árboles y que uh y que ah los derechos de los indios...
Pero más importante aún...
Del primero de sus hasta ahora conocidos, tres discos de Steven Seagal, que se metió a guitarrero de su propia banda de blues.......
No creo que sea necesario agregar comentario aquí...
2) Chuck Norris:
El hombre de la barba, la patada voladora y recientemente aclamado Dios de los internets, con sus miles de "hechos". El otrora Walker Texas Ranger, EL HOMBRE, el amado por todas y temido por todos... Chuck Norris...
SE METIO A ENVANGELICO!
Con varios libros hablando de Dios y demás vainas, sus libros son un best seller, pero primordialmente de hombres incautos que creen que leerán las enseñanzas del Chuck el Sabio y sus artes marciales... pero como si esto no fuera suficiente ...
CHUCK ES VOCERO DEL
GLORIOSO PARTIDO REPUBLICANO!!!!
QUE VIVA EL IMPERIO!!!!!!3) Van Damme
Se metió a bipolar él... y ahora tá en una religión bizarra ahí tipo la cientología.
La realidad es que nada puede explicar porque carajos uno no puede evitar ver las películas de esos tres señores... son como un choque de trenes, uno sabe que va a ser malo, pero no puede evitar verlo.
Y nada... anoche me acosté a las 4 de nuevo... no obstante hoy SI TENIA QUE IR A TRABAJAR... porque estaban dando una película de Steven Seagal en la que el era el papa de un pana que lo mata un policia, el personaje de Steven Segal que vive en Los Angeles va a la costa Este a buscar a los asesinos. Al principio pensaba que era una pandilla y los mata a casi todos pero despues cayó en que fue un policia, y mato como a 6 policias corruptos. Al final de la película y luego de desnucar a 6 policías... el camina entre todos los policías y las sirenas marchándose como el ápero que es. A final de cuentas, la conclusión es que sin dudas, estas son vainas de hombres.