Mientras escucho la magnifica interpretación de Cyrille, una joven cantante que a ritmo de jazz, bossa nova, big band y música del mundo, me convenció de que aquel era mi lugar favorito en toda la ciudad, no puedo pensar en otro lugar que no sea el pequeño jardín de Cinema Café en el cual acompañado de cualquier bebida predilecta podía usted dejarse llevar a cualquier lugar que no fuera el caos de esta nuestra ciudad.
Hoy ya Cinema Café no será el lugar en el cual me sentiré así y usted tampoco. Se estará preguntando usted ¿POR QUÉ?, simple: porque ni usted lector(a) ni yo nos merecemos un lugar en el cual podamos sentirnos tranquilamente alegres.
Quisiera yo pensar que el Ministro de Cultura de la República Dominicana no está enterado del abuso que ha sido cometido en contra no sólo de los propietarios y empleados de ese hermoso lugar en el cual todos te recibían con una sonrisa autentica sino que, el abuso y atropello en contra del desarrollo cultural y EL APOYO a las diferentes expresiones artísticas y culturales a las cuales Cinema Café nunca dijo NO como en varías dependencias que trabajan con dineros del Estado y esa es la única respuesta que conocen.
Da risa que un grupo de personas insensatas (quisiera pensar que no es así pero no me dejan de otra) tengan la osadía de utilizar sus “relaciones” con el fin único de hacerle daño a miles de personas y cientos de proyectos artísticos que se han visto beneficiados con la existencia de este Santuario de la Cultura (en el cual nunca ha ocurrido un incidente violento o robo) utilizando como excusa una inspección del Ministerio de Salud que arroja los siguientes resultados: “no reúne las condiciones sanitarias adecuadas”, sin embargo, permítanme recordarles que el 2 de mayo del año en curso (en medio de la celebración de la Feria Internacional del Libro) salió en el periódico Listín Diario un artículo del cual me tomo la libertad de citar lo siguiente: Los baños ubicados en los museos (Historia y Geografía, Historia Natural, del Hombre Dominicano) carecen de agua (solo el Teatro Nacional cuenta con cisterna en la Plaza), mientras que los de los restaurantes Maniquí y Cinema Café no dan abasto. "Esto es increíble, los niños son niños y no tienen donde hacer sus necesidades sino es haciendo una fila. Algunos museos tampoco quieren recibirlos”, comentó Manuel José Medina, maestro de un centro escolar público.
Señor Ministro de Cultura de la República Dominicana: represente los intereses públicos en esta situación e interponga su autoridad con la finalidad de que “El desarrollo llegue de la mano de la Educación y la Cultura” (como bien se cita a nuestro Presidente Leonel Fernández Reyna enfrente de la puerta del Café en una tarja que se burla de nuestra inteligencia en estos momentos).
Jazz, rock, fusón, bolero, merengue, son, música de trova, rock, gagá, palos y atabales, hip-hop, teatro, fotografía, artesanías, puestas en circulación, cumple años, poesías, tertulias, almuerzos o cenas, familiares o no, reuniones de trabajo o con amistades y un sinnúmero de actividades artísticas y personales tendrán que olvidarse de aquel espacio que fue abierto para los que no somos nadie.
Permita Señor Ministro que Charlie Parker y Ella Fitzgerald sigan acariciando nuestros oídos mientras leemos o jugamos una partida de ajedrez al compás de un café negro y de la calma y confort que siempre ha brindado Cinema Café en medio de todo el desorden y abuso social en el cual vivimos.
Atentamente: Román López o mejor dicho, NADIE.
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