Siguiendo con la línea reciente de temas sobre parejas que han tomado por asalto a este aclamado (por decenas de miles) blog, y luego de intensos debates del bajo mundo sobre el tema en particular, tengo el atrevimiento de abordar este relevante tema, el génesis mismo de la relación.
Los intercambios sociales entre entes individuales tienden a seguir patrones similares, sea su forma de comportarse, como lleva su cabello, sus hábitos de higiene, la música que escucha y hasta como usted inicia una relación casual o duradera con una persona del sexo opuesto.
Esto es así debido a la influencia social del todo sobre el yo, donde el todo no puede ser sin el individuo y el individuo no puede ser sin el todo. Pero en el particular que nos ocupa respecto de la iniciación de las relaciones, es la influencia neurálgica de la trabajadora de la casa (en el caso de personas de escasos recursos, la trabajadora es sustituible por la madre) y las películas de Disney lo que resulta relevante.
En la vida de la niña dominicana promedio, esta sólo llega a tener contacto y observar con lujos de detalles dos perspectivas de cómo es que se inician las relaciones. Las novelas a las que la trabajadora de la casa la somete cuando los padres no están ahí aprovechándose de que ella es la que manda quitándole sus muñequitos a la desconcertada niña; y las películas de Walt Disney que los padres le alquilan para que la niña se siente como un zombie frente a la televisión y no esté brincando y jodiendo en el medio.
No resulta casualidad que la mujer siempre desde que tiene memoria, “sueña de cómo será mi boda”. Porque la pobre lo único que ve es gente casándose en novelas mexicanas/venezolanas (las brasileñas no, porque a la trabajadora no le conviene que la niña empiece a preguntar porque le salen pelos a las mujeres ahí abajo) y en los muñequitos de Disney, depravándola de los placeres infantiles que produce el cazar lagartos, jugar belluga, y la garata con puño.
Esto produce reacciones subconscientes que la niña va manifestando en su crecimiento, así es pues como esto define la formación de relaciones, para la desgracia de los hombres que son los desafortunados llamados a destapar ese frasco de drama...
Los hombres son seres sencillos realmente, como ser que creció matando pequeños animales a palos al fin. Y si fuese por uno, eso de cortejo, bailadera de lambada, llamadera y bulto se resumiera en cuatro palabras... “me lo dejas barato?” y ya este está listo para asumir la relación.
Con las mujeres en cambio... hay que hacerle su novela. Algunas tendrán el descaro de afirmar que eso es mentira que ellas no quieren show y novela y que “si me gusta el tipo ya, y no necesito que me hagan bulto”... pero por favor, asuma la realidad que su mente contaminada de novelas y Disney le quiere nublar.
He aquí algunas de las múltiples variedades de novelas que se montan:
“Súbete a mi moto”
Inspirado en el clásico de Menudo que sirvió de background a docenas de novelas de chamaquitos (antes que apareciera Rebelde Way), donde el jovencito padrote de la escuela rival iba en un motor a la escuela de la niñita popular, la montaba en su motor y se la llevaba, para el desaire de los chamaquitos que están detrás de ella... siempre sin despeinarse.
En la versión real, el chamaquito se escapa del colegio o aprovecha la salida, se monta en un carro público y se le pega un grajo, o se va corriendo a la escuela de la jovencita y coge el mismo grajo, y se para afuera del colegio a hacerle gracia a la chamaquita como todo un macho cabrío. La niña encantada por las destrezas de calle del panita cae en las redes de la novela. Un saludo a todo el que se graduó del Loyola antes del 2000, balsa de buitres todos.
“Amor Prohibido”
Sí, la novela que revivió a la bestia del Apocalipsis junto a “Mari Mar” la primera de las tres novelas caidísimas de la saga “Maria de la M”, que hizo Thalía antes que le vendieran el sueño de que ella puede cantar, y que es exactamente igual a todas las novelas desde siempre... tienen dos importantísimas vertientes de lo que hoy es el génesis de las relaciones.
La novela de la cenicienta, donde la mujer, que no necesariamente tiene que ser una barrial rullía, le meten los cuartos por los ojos sea mediante regalos, cenas caras y codeándose con el jetset, hasta hacerle creer que es toda una princesa rescatada, sueños de lujo y eterna algarabía... pero como puedes sacar a la muchacha del barrio (campo) y no el barrio (campo) de la muchacha, en el mejor de los casos la preñan tres veces y después la dejan por una mujer refinada y 10 años menor, justo cuando se convierte en “la loca esa”.
La novela de la amante, que según las novelas termina con la esposa cogiendo fuego, un sicario que ella contrató matándola o muerta en un accidente de tránsito dando paso a la felicidad eterna para el esposo y la amante, cuando en su versión real la mujer se convierte en el cuerno del pana, y en serio cree con todas sus convicciones de que el va a dejar a su esposa, un fenómeno tan común como un chofer de carro público con cerebro en las calles de Santo Domingo, termina en que la esposa la encuentra a ella, arma un reperpero y el esposo la suelta a las dos en banda y se busca una más joven.
“La Novela del Chico Malo”
La superefectiva novela, y una constante del bajo mundo, ya que aparentemente ser rockero desaliñao, antisocial y alcohólico es ser “chico malo” o algo... pero esta novela tiene su post guardado aparte...
“La Lambada”
Leer
la recomendación #3 de este su blog que es auto-explicatorio realmente... y si no cogen la onda, hay muchos reggaetones haciendo odas a esta novela.
“La Novela en el Cortejo”
Es a la que los feos poco interesantes tenemos que recurrir para poder lograr algo, pintar desinterés, usar clásicos, hacer una película de Robert Redford, meternos a hippie y vender un sueño de romance desenfrenado con miraditas, palabritas y mucho alcohol cruzando por la mesa, dando la falsa impresión de ser hombres únicos y diferentes vendiendo novelas de Cortazar y poemas de Neruda, no obstante luego del “rendez vous” hacer un drive thru por el peque y pedir par de frías donde Baní y sentarnos a hablar disparates en el Consulado que luego terminan en este blog...
“El porno”
Para ninfómanas... una historia donde el dialogo y la trama no es más que un receso para que no se le entumezcan los órganos.
En resumen, excepto por las ninfómanas, las mujeres necesitan de su novela bien armada para entusiasmarse a una relación sea de 20 años como de 3 horas, el éxito del macho cabrío dependerá de que tan bien puede vender su novela.