Un conductor fue detenido por conducir en estado de ebriedad y mucho fue el asombro del agente al descubrir que el hombre además era ciego.
La policía de la ciudad de Tartu en el sur de Estonia explicó que Kristjan Gradolf, de veinte años, conducía un auto bajo las divertidas indicaciones de un amigo. La policía lo detuvo por su evidente estado de ebriedad y resultó que además es completamente ciego.
El análisis de alcoholemia reveló que Gradolf había bebido dos veces y media el máximo permitido para conducir. Ambos amigos -el ciego y el insensato copiloto suicida- deberán pagar una multa y Grandolf enfrenta también una sentencia que puede terminar en prisión por poner en peligro la seguridad pública.
Gradolf declaró que “más allá del hecho de ser ciego manejar es una actividad que disfruto y en la que soy muy bueno”.
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