En las semanas anteriores, a través de este EL aclamado por varias decenas de miles blog, hemos podido estudiar las formas de varias especies del mundo animal como la Rockera Dominicana y la RobotBestia. Para esta ocasión le tenemos un especial sobre uno de los seres más subrepticios y peligrosos de la fauna social, causante de muchas muertes pasadas y probablemente de más muertes futuras... “The Predator”.
Es un animal presente en todos los coros, y que siempre, por su forma natural casi camaleónica, y por los mismos descuidos de sus presas, pasa desapercibida entre las manadas corísticas que le rodean.
Cuando luego de una noche de jerga y jolgorio usted por su cuenta, soltando en banda a la mujer de turno, se despierta con una sed del diablo y un dolor de cabeza cual si oompa loompas estuvieran zapateándole el cráneo, aquella susodicha mujer de la cual usted se guilló como el mejor la noche anterior, le llama con los cables pelaos cruzados sólo para decirle borracho, estúpido y sacarle en cara un supuesto mako al que usted se chulió esa noche. No tenga dudas, usted murió en las garras de un The Predator.
Nos dice Wikipedia que en Ecología (Biología) la depredación es un tipo de relación interespecífica que consiste en la caza y muerte que sufren algunos individuos de algunas especies (presa), por parte de otros que se los comen llamados depredadores o predadores.
A lo que Wikipedia, que no miente, se refiere pues es a que cuando mientras todos van juntos de la mano montados en la canoa llena de bebidas espirituosas de La Parca, The Predator se mantiene un poco a la distancia observando al más débil de la manada para que una vez sucumba, atacar. Se pueden dar los casos en que el The Predator actúa como si fuera un león, y espera a que el alcohol haga lo suyo y muera para alimentarse del muerto cualsifuese un animal de carroña.
Identifíquese el “The Predator”, como aquel ser que asiste a los coros donde el alcohol suele ser el principal protagonista, y resulta ser el único ente en la concurrencia que no se embriaga (no debido a su resistencia, valiendo la aclaración) o que por lo menos no se pone “happy”.
Para aquellos que nos lean desde afuera, deben entender que eso de “conductor designado” sólo aplica para los países pensantes, aquí en el infierno nadie hace del pendejo que no bebe (excepto “The Predator”). Aquí bebe el que no tiene cuartos, el que nadie conoce, el que anda a pie, el que anda en carro o el que vuela un avión, para que la noche termine:
Sí, el The Predator es ese ser tan vil que va a un open bar o juntadera en bar o coro temático de música y bebidas, toma un vaso y se queda con ese vaso en la mano durante toda la noche, deja aguar el trago (echando a perder esa porción que algún pobre diablo podría dar mejor uso) y se dá dos sorbos. O que va a un bar a pedir cerveza light.
Existen las más descaradas que se ponen a pedir disque jugo de limón o de naranja. Y fíjense que las señalé en género femenino, y es que en ningún momento deben existir dudas, la mayor parte de los miembros de la especie son mujeres. Veamos los métodos:
Llega con una amiga, casi como si fuera una RobotBestia, y debe hacerse la indicación, usualmente cuando la RobotBestia se siente derrotada ante la imposibilidad de impedir que el macho cabrío lo haga como el mejor con su amiga, esta tiende a incurrir en las prácticas predatorias.
Pues nos quedamos en que The Predator llega con una o un grupo de amigas, ubica un sillón cómodo y con una vista panorámica. Se le ofrece o sirve un trago a forma de cortesía, accede y empieza a entablar conversaciones breves, a secretear un poco con su amiga, a ir y regresar del baño, y otras actividades que implican observar y no beber.
Una vez las presas empiezan a caer, The Predator se vale de múltiples técnicas para darles muerte. Primero que nada está la clásica ver, tomar anotaciones mentales y adornar, todo lo cual no fuera tan mal, porque cualquier hombre con destrezas medianamente adecuadas puede salirse debajo de esa patana. El problema es que tenía que aparecer la maldita tecnología del celular, porque ya no es suficiente hablar, también hay que tener camaritas para fotos y video, grabadoras de voz y demás artefactos de espionaje.
Entiendo que existen pobres almas que no les gusta disfrutar de los placeres del elixir de los dioses, y eso es entendible, algunos no necesariamente incurren en las prácticas depredatorias, sin embargo, que anda buscando en canes open bar o en coros patrocinados por la muerte en yipe?
Adicionalmente, y quizás uno de los problemas más graves que presenta para la gente normal un The Predator, es el hecho que siempre anda a pie y no coge carro público (porque priva en demasiado fina para montarse en un biónico). Entonces, el borracho tiene que llevar manejando al sobrio hasta su casa, porque esas son de las cosas del mundo bizarro que es este país... más difícil es cuando The Predator vive en Ciudad Gótica (comúnmente conocida como la Zona Oriental) y le toca a un borracho meterse por esos callejones de Ciudad Gótica que no tienen nada que envidiarle a un laberinto de ratas, para dizque un borracho encontrar su camino de vuelta a la civilización... fácilmente termina en una disco-terraza de La Romana echao.
Como si lo anterior no fuera poco, el The Predator por lo general no aporta valor a su grupo de coro, en vista de que no agrega a la vitrina que toda congregación social debe tener, ya que la persona que hace de The Predator tiende a verse igual que a la bestia mítica a la cual debe su nombre:
Por lo que como recomendación general, identifique a los Predators de su grupo, y asegúrese que para la próxima debacle estos se queden haciendo lo que les gusta hacer... quedarse en su casa viendo Sony Entertainment un viernes por la noche o el porno en francés de The Film Zone los sábados (un “nod” a la difunta serie “Emmanuel: ‘Queen Of The Galaxy’” favorita del bajo mundo) pero que se mantenga lejos.
1 comentario:
Muy buen artículo con interesantes aportes a la cultura nacional...
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